lunes, 16 de febrero de 2015

Vivir, eso tan raro.


Lo único que tengo es AHORA. El pasado ya se ha ido y el futuro es una excusa para soñar en el presente, un amor platónico, al que queremos pero no tenemos, ni sabemos si tendremos algún  día.

Cuando a veces tengo esta lucidez, me dan ganas de levantarme de mi sitio, pegarle una patada al ordenador, salir volando por la puerta, irme a bar a tomarme una cerveza bien fría y luego empezar a VIVIR, así  sin más.

Vivir, eso tan raro que a veces se nos olvida. Respiramos, comemos, trabajamos para ganar dinero para pagar , entre otras cosas,  el psicólogo que necesitamos gracias a dicho trabajo.

La rueda de la modernidad, de la que es tan difícil bajarse, a no ser que seas un visionario, un reptiliano o un valiente, que a veces viene a ser lo mismo.

Mi enfermedad mental más reconocida es la sensibilidad y, aunque una no es muy lumbreras, a veces siento y pienso que estoy equivocada. Me duele no ver crecer día  día a mis sobrinetes, tan mágicos y tan puros. No disfrutar a tope de mis padres. No hacer algo bueno por el mundo y poder dar más luz , calor y color.

No tengo grandes pretensiones en la vida, solo estar con la gente que quiero, sobrevivir en paz y escribir y fotografiar la vida a través de mis ojos de niña que se resiste a crecer. Quiero VIVIR, Me bajo al bar.

Sólo tenemos el ahora, y se acaba de ir....





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