sábado, 13 de octubre de 2012

Cafes y Libros





Aprovechando los 26 grados otoñales que nos ofrece la tarde madrileña, hemos decido echarnos a la calle a la hora de la siesta a explorar un poco mejor el ecléctico y sorprendente Barrio de Lavapies.

Tras atravesar la plaza, menos concurrida que de costumbre a estas horas, decidimos dejarnos llevar por el ambiente y la alegría serena de la calle Argumosa, también conocida como el Boulevard de Lavapiés.

 Restaurantes, cafés, tiendas y jóvenes se alínean de manera colorista y esperanzadora hasta llegar al Museo Reina Sofía, y justo ahí, haciendo esquina y casi al final de la calle, nos hemos encontrado con La Libre, Librería  Café, un encantador espacio con una magia especial. Es pequeño, luminoso, con muebles antiguos y caprichosamente dispuestos y sobre todo libros de segundo mano que puedes adquirir a buen precio o incluso hojear mientras saboreas un buen café  hecho con cariño y sin prisas.

También hay menú, puedes tomar tartas y pasteles...eso lo haremos otro día...¡tenía todo muy buena pinta! Además a muy buen precio, como tiene que ser en épocas de crisis...



 La verdad es que me encanta descubrir estos sitios en Madrid tan Berlineses, donde se respira frescura y nostalgia a la vez, serena vitalidad y juventud, donde te sientas en un sillón hundido por el paso del tiempo y por el paso de viajeros que meriendan novelas por la tarde, y te sientes como en el salón de tu casa.

Un buen sitio para pasar un rato rodeado de literatura, escuchar música, comer, tomar café, una copa o para sentarse en uno de los ventanales que hacen de marco a la luz única, tan peculiar y tan intensa que tiene Madrid en otoño...


Calle Argumosa, 39 Madrid.



martes, 27 de marzo de 2012

Siempre Brilla el Sol



Nerviosismo, emoción y una energía mágica y maravillosa dominaba toda la sala, desde la pista de baile hasta la balconada repleta de incondicionales que abrazábamos y dábamos calor a Guille Milkyway.


Nosotros dos, declarados fans de La Casa Azul, nos dejamos llevar por la magia que tienen las cosas únicas, y es que pocas veces hemos vivido en un concierto una entrega, emoción y explosión de alegría y sentimientos como el que vivimos este sábado.


Seguidores de todas las edades, todos unidos por el amor a las cosas bien hechas, a las canciones que siempre nos agitan algo por dentro, en nuestro corazoncillo. Adictos a las entrañables melodías cargadas de elegancia optimismo y realismo, y a veces letras que son tan honestas que así, sin avisar te hacen llorar (a mí me pasó cuando sonaron canciones como “Hoy me has dicho hola por primera vez, Galletas, Como un fan” "El momento mas feliz… y unas 200 veces más…una que es nostálgica y se acuerda de tantas cosas y de tanta gente…



Mencionar tantas sensaciones que sentí esa noche, las paradojas de la vida; sonaba Europa Superstar, una canción que habla de que nos vamos a pique, y que gran vedad es, mientras globos de colores salpicaban la sala y el público optimista saltábamos como si venciéramos por un momento nuestros grandes miedos, es lo que tiene el Pop…

Dos horas de recuerdos, de alegría, de nostalgia. Pensando en que en hay veces en la vida en que se da esa combinación absolutamente mágica entre el talento y la humildad, y cuando eso sucede, esa persona irradia algo fuera de lo común y consigue crear arte en forma de preciosas canciones que llegan hasta lo más profundo y hacen arduo favor al democratizar la belleza de la música, con su numerosos homenajes, influencias y loable diversidad de gustos musicales, sin prejuicios con suma elegancia (del electro al disco y del disco al northern soul….)



Y como no, las imágenes, los androides, el piano tan dulce y magistral, el increíble amanecer en la Polinesia Meridional… Ir con mi amorcete, y esa preciosa conexión entre su música y la mía que es la de los dos y que en la Casa Azul encuentra su plenitud. Los abrazos de verdad…

Todavía nos dura la resaca emocional, todavía la Fiesta Universal…